Llega Noviembre y con él un mes enfocado al consumo. El tradicional Back Friday cada vez está mas extendido en la cultura Europea a pesar de ser una tradición estadounidense. Sin embargo, el 11/11 es casi tan popular como el viernes negro.
¿Por qué nos sentimos atraídos por las compras?
Consumir no significa simplemente apropiarse de un objeto. Consumir tiene que ver con el tipo de relación que se establece con esa compra. El concepto consumo es una representación de lo que significa para nosotros, cómo nos hace sentir, si nos emociona, o cómo nos transforma su uso.
El acto de consumir se extiende más allá del propio momento de compra, porque lo importante sucede a posteriori, la relación entre esos bienes, estilos de vida, experiencias o incluso relaciones con nuestra propia identidad.
El proceso de consumo no es una influencia hacia lo que somos sino directamente lo que somos. Si nos paramos a pensar, la propia alegoría de la posesión y el deseo de consumir se hacen extensibles a todos los ámbitos de nuestra vida. Desde la época de estudiantes, a las relaciones en pareja, con nuestra familia incluso al deseo de viajar para aquellos amantes de las nuevas experiencias.
Por tanto, no solo consumimos bienes materiales sino emociones, estilos de vida y mucho más. El efecto consumista que se tenía antaño quizás estaba más enfocado a las compras materiales, pero hoy día buscamos recuerdos, experiencias que nos llenen y viajes que nos hagan soñar, que nos permitan avanzar y crecer como personas.
Para el consumo se necesita la afectividad, sentimientos pasiones y deseos. Por eso, muchas veces compramos por impulsos, imaginando que sensaciones vamos a experimentar tras la obtención de esa nueva compra.
En este año complicado, llenemos nuestra vida de libros, de viajes y experiencias gastronómicas. No hay nada mejor que un nuevo lugar para desatar una sensación inmensa de felicidad. Viajar nos enriquece, leer nos abre la mente y vivir nos hace más fuertes.
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Al mismo tiempo sabemos que mucha gente sufre por el tema del consumo:
1.- Es muy habitual cuando la persona se siente inferior por no poder consumir como los demás, o cuando quiere satisfacer a su pareja pero no puede, o bien cuando experimenta una sensación de malestar con uno mismo por sentirse fracasado como persona o incluso como profesional. Son emociones de alto impacto en nuestra vida. Se puede generar sufrimiento, y éste guarda relación con la ansiedad, la baja autoestima y la dependencia emocional.
2.- Por contra, en otras ocasiones encontramos comportamientos como falta de control (sobreconsumo) también relacionado con la ansiedad. Muchas veces, la persona presenta un alto nivel de ansiedad después de haber tenido un acto consumista.
3.- Un tercer grupo con mucha ansiedad está relacionado a los aspectos del consumo vinculado a las consecuencias negativas del medio ambiente a nivel global. Aquí podemos observar pacientes con mucha frustración por no tener el poder/la influencia/el control o la posibilidad de eliminar las consecuencias a nivel grupal/global. Ese grupo se manifiesta con sensaciones de impotencia, pensando que estamos a punto de arruinarnos. Y en vez de influir en un gran grupo de personas a través de medios/foros para modificar las políticas de los distintos países, intentan minimizar su propio consumo en la vida cotidiana. Evidentemente no es nada negativo, pero el impacto en relación a la reducción de la ansiedad no es proporcional.
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