Los trastornos del comportamiento en la población Infantil y Juvenil, abarcan un conjunto amplio de conductas de desobediencia y negativismo que se caracterizan por su elevada intensidad, frecuencia y persistencia en el tiempo. Constituyen una de las causas más frecuentes de consulta en psicología infantojuvenil, con una prevalencia de entre el 3 y el 7%, siendo más frecuente en niños que en niñas. No existe una causa única que explique la aparición de estos trastornos, ya que se cree que aparecen a consecuencia de la suma de factores temperamentales y genéticos, al interaccionar con determinadas variables sociofamiliares y del entorno.
Síntomas que indican un posible Trastorno Negativista Desafiante:
- Se enfada o parece irritable frecuentemente.
- Discute o muestra una actitud desafiante.
- Presenta actitudes vengativas.
Síntomas que indican un posible Trastorno Explosivo Intermitente:
- Presenta reacciones agresivas desproporcionadas sin causa aparente.
- Sus explosiones no responden a un motivo u objetivo concreto.
- Su comportamiento ocasiona alteraciones o perjuicios graves en el entorno físico y social y en el propio individuo.
Síntomas que indican un posible Trastorno de Conducta:
- Agrede verbal o físicamente a personas o animales.
- Destruye la propiedad.
- Comete engaños o robos.
- Incumple gravemente las normas.
No obstante, es importante diferenciar las conductas problemáticas características de ciertas etapas en el desarrollo normal de los niños, que tienden a desaparecer en momentos evolutivos posteriores, de los Trastornos del Comportamiento anteriormente descritos. Así las rabietas, por ejemplo, son expresiones de enfado reactivas a un suceso concreto, generalmente ante el establecimiento de normas y límites por parte del adulto, que pueden comenzar a observarse a partir de los 2 y 3 años de edad y suelen desaparecer en torno a los 5 y 6 años.
No obstante, conviene analizar si estas rabietas son puntuales y forman parte de una conducta normalizada en comparación con su grupo de iguales, o si por el contrario, constituyen un patrón de comportamiento patológico que es necesario intervenir. Si tienes dudas al respecto o te gustaría aprender pautas para mejorar el comportamiento de tu hijo/a, puedes consultarnos y te proporcionaremos “Asesoramiento a familiares sobre pautas de Crianza”.
Consúltanos lo antes posible y valoraremos tu caso para realizar un plan de actuación acorde a las necesidades de tu hijo/a. La intervención tendrá como objetivo, por un lado, a asesorar a los padres/madres y al centro escolar, mediante la enseñanza de pautas y herramientas que mejoran el comportamiento del menor. Y, por otro lado, se trabajará con el niño/a o adolescente enseñándole técnicas de autocontrol emocional y relajación, resolución de conflictos, aumento de la autoestima y tolerancia a la frustración, y mejora de las habilidades sociales y comunicativas.
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