El estrés se pone en marcha cuando una persona siente que las demandas de su entorno superan a los recursos de afrontamiento de los que dispone (estudios, trabajo, familia, hijos, rutinas, economía, cambios vitales importantes como una boda o el nacimiento de un hijo, etc.) Es decir, la persona siente que no puede responder a esas demandas por falta de tiempo o de habilidades, por sobre exigencias internas que se impone, o por presiones externas. Dicho de otra manera, se siente desbordada o sobrecargada.
Para poder enfrentarse a tales demandas, el organismo se activa en exceso. Es decir, secreta catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) y cortisol. De alguna manera, gracias a estas sustancias, la persona tiene un extra de combustible para poder actuar de forma rápida y sostenida.
El organismo quiere dotar a la persona de recursos extraordinarios para solucionar o adaptarse a esas circunstancias mencionadas. El problema es que si el estrés se mantiene durante mucho tiempo, el organismo empieza a agotarse y a producir los siguientes síntomas:
Síntomas del estrés:
1, Preocupaciones y pensamientos obsesivos.
2, Activación vegetativa (taquicardias, tensión muscular, opresión en el estómago o en la garganta, dificultades para respirar, dolores de cabeza, problemas gástricos).
3, Ansiedad, nerviosismo e inquietud. Llegando progresivamente hacia la tristeza y hacia la sensación de incontrolabilidad e indefensión (la persona siente que no puede con todo, que la situación le supera, que no tiene control sobre la misma).
4, Problemas con el sueño y la alimentación.
5, Dificultades para disfrutar del tiempo libre.
6, Irritabilidad, lo que hace que las relaciones familiares se tensen.
7, Aislamiento social.
8, Incremento de sustancias (tabaco, comida, alcohol, tranquilizantes).
9, Cansancio y bajada del rendimiento.
10, Despistes y problemas de memoria.
11, Dificultades para tomar decisiones.
12, Desmotivación y apatía.
13, Problemas de concentración.
Si te sientes superado/a por la situación o no consigues controlar tus preocupaciones, si sientes que tu cuerpo está demasiado acelerado y tu mente demasiado agotada, puedes beneficiarte de un tratamiento integral que te permita recuperar el control y el equilibrio. Nuestras estrategias para combatir
el estrés son eficaces y permanentes. Nos avalan cientos de pacientes que han conseguido recuperar el bienestar gracias a técnicas avaladas por la ciencia. Confía en nosotros. Puedes consultarnos sin compromiso alguno.
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