La infancia y la adolescencia suponen ciclos vitales que conllevan importantes cambios en el desarrollo físico, cognitivo y emocional de los menores. Dichos cambios comportan ciertas conductas que pueden ser normales. Pero en otras ocasiones encubren problemáticas que el menor no sabe comprender, enfrentar y verbalizar.

¿Encuentras a tu hijo/a desmotivado/a, triste o apagado/a? ¿Ha disminuido su rendimiento académico o éste siempre ha sido muy bajo? ¿Desde el colegio observan en él/ella conductas inapropiadas?

Es muy frecuente que los niños/as empeoren a nivel escolar cuando presentan problemas emocionales que no saben identificar, gestionar o comunicar adecuadamente, es una forma inconsciente de pedir ayuda que suele generar bastante preocupación en los padres ¿Presenta preocupaciones, pesadillas o miedos excesivos? ¿Le cuesta prestar atención? ¿Muestra dificultades al relacionarse con otros niños de su edad o con adultos desconocidos?

¿Invierte demasiado tiempo usando nuevas tecnologías o redes sociales? ¿Le cuesta o evita expresar sus sentimientos? ¿El diálogo con él/ella se ha vuelto difícil o inexistente?

La adolescencia en sí misma es una etapa emocionalmente dura e inestable y, a menudo la búsqueda del adolescente de la propia identidad, genera un distanciamiento excesivo con los padres que, cuando no se aborda de manera adecuada, puede conllevar conductas de riesgo o perpetuar relaciones familiares insanas durante la vida adulta.

Prevenir es la mejor manera de permitir que tus hijos desarrollen su personalidad de forma integral. Nuestro centro posee profesionales formados para trabajar con  niños y adolescentes de todas las edades. Tratamos con mimo a cada uno de nuestros consultantes y sus familias, acumulando éxitos terapéuticos, gracias a nuestro compromiso y experiencia. Llámanos y pronto encontraremos el modo de que tu hijo/a brille como antes y vuelva a ser plenamente feliz.